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La buena mala suerte

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Hace años asistí a un concierto de Aurora Beltrán, la cantante de Tahures Zurdos, en el Antzoki de Gernika. Era un concierto acústico, e iba acompañada por otra chica que también cantaba y tocaba la guitarra. Fue un concierto intimista y muy bueno. Recuerdo que entre dos canciones, Aurora introdujo la siguiente canción, que trataba sobre la suerte. Explicó que además de la buena suerte y la mala suerte, existe la “buena mala suerte y la “mala buena suerte”. Un ejemplo de “mala buena suerte” es por ejemplo que te toque la lotería, y con el dinero del premio le compres un caballo a tu hijo, y un día el hijo se cae del caballo y se rompe una pierna. Y un ejemplo de “buena mala suerte” es que pierdas un avión que te traía de vuelta a casa, y tengas que coger el siguiente avión, 4 horas más tarde, con lo que llegas tardísimo a casa, pero en ese avión te toca de compañero de asiento a la que va a ser la mujer de tu vida (evidentemente estos ejemplos me los acabo de inventar, pues no me acuerdo lo que dijo Aurora…).

Pues bien, a veces yo pienso lo mismo de esta compañera con la que nos ha tocado lidiar, la diabetes, qué quizás es una “buena mala suerte”. Por muchas razones, como por ejemplo:

1.- Que sigo una dieta más saludable y hago más deporte que antes, con lo cual de otra forma, quizás hubiera tenido problemas de obesidad, colesterol, hipertensión u otros.

2.- Que vivo en un país del primer mundo donde recibo la atención sanitaria y el tratamiento necesario y hay muchas personas que no disponen de la misma.

3.- Que vivo en una época donde la enfermedad puede ser tratada gracias a la administración de insulina (anteriormente al año 1921 no había cura), y donde año tras año, los avances tecnológicos facilitan el tratamiento de la enfermedad de una forma extraordinaria: bolis de insulina, medidores de glucemia, bombas de insulina, medidores continuos de glucosa…y lo que falta por venir.

A veces, todos, en nuestra vida diaria, nos fijamos en los problemas y en las cosas que no nos gustan, y nos olvidamos de las cosas buenas que tenemos y por las que podemos dar gracias. Sin embargo, si pensamos en ello, vemos que podemos decir:

¡Qué buena mala suerte!

Fernando Rico

Una respuesta a La buena mala suerte

  1. Rocio Soloaga dijo:

    Muy bonito el articulo y real como la vida misma, en Asvidia vemos a diario las reacciones de las personas al enterarse de que tienen diabetes, y ante la misma enfermedad muchos dicen “que mala suerte”, y otros que estaban asustados por los síntomas, y pensaban que tenían una enfermedad mortal y sus días en esta vida ya estaban tocando a su fin, nos dicen pero “tuve suerte” y era diabetes. Si es que no hay como ver el lado bueno de las cosas.

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