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De ruta por la montaña

Siempre he sido un amante de la naturaleza, y en especial de la montaña. Con las primeras excursiones de chaval con el colegio al Pagasarri, al Ganekogorta y al Txarlazo en Orduña, comencé una relación con ellas que aún continúa. Los paisajes, el aire puro y la sensación de libertad, el esfuerzo gratificante al llegar a la cumbre, los amigos con los que lo compartes… todo ello me encanta. Posteriormente y a través de los años he ido visitando gran parte de las montañas de Bizkaia, Gipuzkoa y Alava, de las que guardo buenos recuerdos, con amigos, con compañeros de trabajo, con compañeros de universidad, de acampada….

Poco a poco me fuí animando, y con los amigos empezamos a organizar salidas de 2 a 7 días por Pirineos o Picos de Europa (un par de ellas al año no nos las quita nadie). Estas rutas son ya más exigentes, dada la duración de las jornadas, de 5 a 8 horas diarias andando, y que suelen ir acompañadas por la subida a algún pico de más de 2000 o 3000 metros. Lo bueno de estas rutas es que tienes que pernoctar en tienda de campaña o bien en refugio (esto último mucho mejor dado que el peso de la mochila es menor: nada de tienda, cenas o desayunos). Puedes también abarcar zonas más amplias y enlazar picos. Y sobre todo, te permite conectar más con la naturaleza, y también con uno mismo, al estar varios días lejos del asfalto, la rutina, los “problemas” diarios, el estrés…desconectas de todo ello y disfrutas de la naturaleza, los amigos, y descansas como un tronco por las noches.

A medio camino en este proceso debuté con la diabetes, y he ido aprendiendo a manejarla en el monte, aunque todavía continuo intentando mejorar. Me ha causado “molestias”, “problemillas”, pero no me ha impedido seguir disfrutando (únicamente el primer mes tras el debut, que con 15 kilos menos de peso tuve que descolgarme de una ruta programada con la cuadrilla. No era plan…). Después tuve una etapa de intentar “llevar la despensa” en la mochila, por el miedo a quedarme sin comida. Las primeras rutas comía mucho…muchísimo, para mantener a raya las hipos. Acababa la jornada, y al echar cuentas de lo que había comido y compararlo con mis amigos, me sorprendía al ver que era el triple o más!. Me parecía que yo no gastaba el triple de energía en la ruta, así que algo fallaba. Y cuando lo pasaba a raciones de hidratos, lo comparaba con un plato de pasta, y contaba los platos de pasta, madre mía!.

Tardé bastante en darme cuenta que en esas jornadas exigentes, donde incluso por los noches sigues consumiendo energía, o tu cuerpo recuperándola, tenía que bajar la insulina basal, pues el ejercicio continuado la suplía en parte. Después, haciendo anotaciones de prueba-error, fuí ajustándola. Ahora, dependiendo de la dureza de la ruta la bajo entre un 20 y un 50%. El cambio de la dosis lo hago de forma gradual desde el día antes al inicio, al igual que la normalización de la dosis, desde la noche después de acabar y durante 1 o 2 días después (a esto me ayuda el que la insulina basal me la administro en 2 dosis cada 12 horas, pero esto es otro tema). También reduzco un poco el bolo de insulina rápida que me administro con las comidas principales durante la ruta. Con todo ello, los valores de glucemia son más estables, y los suplementos de hidratos que tomo cada cierto tiempo durante la ruta son más razonables. Para todo ello hace falta realizar un trabajo de prueba y error, mediante la anotación de datos, con las dosis de insulinas, glucemias, suplementos de hidratos y duración ejercicio, que merece la pena.

Por otro lado, hay otras situaciones que suceden y que pueden ser “molestillas” a veces. Por ejemplo, el hecho de dormir en un refugio de alta montaña en habitaciones con literas para 10, 20 o 30 personas, no por el hecho de la comodidad, pues uno no se espera un hotel 5 estrellas, sino por las hipoglucemias nocturnas, más cuando debido al desgaste energético diario, pueden ser severas. Así, en alguna ocasión al principio, recuerdo despertarme en medio de la noche sudando con una buena “hipo” y sin nada de comida o zumos al lado, y sin saber donde estaba, y una vez comprendida la situación levantarme a buscar la mochila en la oscuridad, que estaba en la planta de abajo (vete tú a saber donde) donde tenía fruta, galletas o zumo o lo que fuera. Ahora duermo junto a mi kit en un pequeño neceser (dejé las bolsitas de plástico por las quejas de mis compis debido a los ruidos…ay que ver como son, je je) donde llevo el medidor y unos suplementos, y un frontal para iluminar (imprescindible además si te da un apretón por ejemplo).

También a veces he tenido que “negociar” con algunos encargados de los refugios la comida que me daban para pasar el día, el “picnic”. El coger el “picnic” diariamente en el refugio lo he hecho a veces si la ruta duraba muchos días y había varios picos importantes, para así aligerar peso en la mochila. En alguna ocasión, al ver la bolsita que me daban con un sándwich, un zumo y una fruta les he explicado que no me eran suficientes hidratos para llegar al siguiente refugio, más si había algún pico importante por medio. Y explicarles de nuevo, cuando me daban una lata de sardinas, que eso no eran hidratos…

Con todo ello, sigo disfrutando de la montaña, como hacemos todos nosotros con aquello que nos gusta, aprendiendo nuevas técnicas y herramientas que eviten que la diabetes nos limite en aquello con lo que disfrutamos, y sea una compañera más del viaje.

Fernando Rico

6 respuestas a De ruta por la montaña

  1. Moe.Aita de izaro dijo:

    Hola soy Moe, el aita de Izaro, una niña que debuto con 5 años. Yo también soy un apasionado de la montaña. Me quedan pocos montes para acabar con todos los de Euskal Herria, tambien he andado por la cordillera cantabrica, pirineos, sistema central , sierra nevada, ….. En difinitiva mi vida gira entre mis hijas, la mujer y la montaña. A veces igual seré pesado pero quiero que mis hijas aprendan a amar la montaña como yo. Quiero que sepan disfrutar haciendo vivak, que sepan oler los diferentes olores de las epocas del año, que sientan el calor y el frio y sobre todo que respete a la montaña como yo lo hago. Por ello, intento llamarles la atención de diferenteres maneras para que les guste, aunque si algun día me dicen que no les gusta tampoco pasará nada, es decisión de ellas y por lo tanto habrá que respetarla.
    También quiero compartir con tod@s vosotr@s mi aficción. Se me ocurre, que no sé si ya se llevará a la practica, hacer un grupo para salidas mañarenas. Se pueden hacer grupos con los niñ@s, adolescentes y mayores, dependiendo de la gente y las edades, se podrían hacer diferentes cosas. Incluso, si alguien quiere podríamos hacer alguna salida de dos días y hacer alguna travesia, vivak, marcha nocturna,….
    En vuestras manos queda, yo por mi parte podría organizar alguna salida o confencionar entre tod@s las salidas. Espero que os animeís y aprovecho la ocasión para dar mil gracias a toda la gente que hemos conocido en estos dos años. Sobre todo a los monitores y monitoras que acompañan a los txikis en su salidas de ikastola,… Un saludo a tod@s ell@s y muchas gracias por todo.

  2. Javier dijo:

    Jolin Fernando, no sabia de tu afición montañera-compañera. Yo también iba al monte pero cuando era boy-scout, jaja. Luego me daba pereza y me tiré a otras aficiones, billar, ping-pong y futbolin, … mira que era vago !!! Pero luego empecé a hacer ejercicio, nada de correr 75min, nada de subir montañas ni cuestas, … lo miro era mamporrear una bateria en un local. Menudas sudadas, menudas hipos !!!!
    Y si como carol tengo 366, no salgo a hacer ejercicio ni loco. Puede resultar engañoso y volver con la misma cifra o parecida. Yo me meto un chute de 5 o 6ud de rapida y al sofa, a bajar eso pero rapidamente

  3. Oscar dijo:

    Carol si saliste con 366 y con una volviste con 85… qué ocurre cuando sales con 100? llegas en negativo con -150? XDDDDD

  4. Carol dijo:

    A mi me encanta la montaña también. Suelo hacer a menudo el recorrido Gorliz Armintza por el Ermua y vuelta. Voy sola oyendo musica y a toda pastilla. La ida la hago rapidito, en 75 min suelo estar allí y como la subida es potente tengo q salir cargadita de azúcar. El otro día salí con 366, me inyecte 1 un de rapida para evitar q fuese subiendo y llegue a Armintza con 85… La vuelta la hice en coche. Otras veces llego con menos, no suelo acertar fácilmente…
    La travesía de varios días por Pirineos, es un plan pendiente para cuando crezcan mis hijos un poco mas y pueda dejarlos solos. Y puestos a soñar una travesía por Buttan esta también en mi lista…

  5. Oscar dijo:

    Hacer esas salidas de monte con horas de caminata te enseñan mucho sobre tu diabetes, sobre cómo metabolizas el azúcar y sobre cómo funciona TU cuerpo, porque ya sabemos que cada persona es muy distinta, y en estos de la diabetes también. Pero en general, en este tipo de actividades deportivas se aprende muchísimo.

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