Home » Artículos » ¿A qué huelen las nubes?

¿A qué huelen las nubes?

ID-10078267Tardé en darme cuenta que la insulina huele de una manera bastante intensa. Ha sido cuando alguien cercano, es decir, un diabético tipo 3, me preguntaba si me había pinchado porque le olía a algo químico. Me sorprendió en primer lugar y me dije a mí misma que me tenía que fijar la próxima vez que me pinchara. En la uni hice prácticas en el laboratorio de químicas y aún recuerdo algunos olores (esto se guarda en la memoria mejor que otros datos) como a la hora de preparar una disolución o a qué olía mi trapo del laboratorio, muy parecido a mi bata, un leve olor a disoluciones ácidas,  nada desagradable sino de haber chupado mucha agua destilada, ¡qué viejos tiempos!

Tengo muy buen recuerdos de esos olores y de otros más atractivos, como el de una copa de vino, pero lo cierto es que la insulina no me recrea ningún recuerdo agadable. Es más, de lo profundo que huele, te cierra las fosas nasales. Todo no podía ser bueno, ¿verdad?, bastante que es nuestra medicina, no pretenderemos que huela a lo que huelen las nubes….

Mariví Freire

@maribi56

Imagen cortesía  de David Castillo Dominici / FreeDigitalPhotos.net

Una respuesta a ¿A qué huelen las nubes?

  1. Javi Ruiz dijo:

    Antes de que yo fuera diabético (empecé a los 13 años), y cuando era niño, recuerdo cuando mi madre me llevaba al médico, y cada vez que entraba en la consulta, recordaba aquel olor caracteristico que auguraba que nada bueno iba a pasarme. Ese olor a medicina, a medicamento, y sobre todo a practicante, me inundaba por completo, y lo asociaba siempre a alguna enfermedad o a alguien que se encontraba malo.
    Era un olor muy caracteristico, muy penetrante y muy indicativo de que alguna inyeccion te iba a dar el practicante. Mal asunto.
    Y ya con los años, y despues de llevar de diabetico mucho tiempo, me llegó un dia de nuevo ese olor, … y pensé, … anda mira tu lo que era aquello !!.
    Los diabeticos iban al practicante a darse la insulina (inpensable hoy en dia), y aquel olor era el que yo percibia.
    Y quien iba a pensar luego que al final iba a ser también el “perfume” de mi vida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *