Antes de que yo fuera diabético (empecé a los 13 años), y cuando era niño, recuerdo cuando mi madre me llevaba al médico, y cada vez que entraba en la consulta, recordaba aquel olor caracteristico que auguraba que nada bueno iba a pasarme. Ese olor a medicina, a medicamento, y sobre todo a practicante, me inundaba por completo, y lo asociaba siempre a alguna enfermedad o a alguien que se encontraba malo.
Era un olor muy caracteristico, muy penetrante y muy indicativo de que alguna inyeccion te iba a dar el practicante. Mal asunto.
Y ya con los años, y despues de llevar de diabetico mucho tiempo, me llegó un dia de nuevo ese olor, … y pensé, … anda mira tu lo que era aquello !!.
Los diabeticos iban al practicante a darse la insulina (inpensable hoy en dia), y aquel olor era el que yo percibia.
Y quien iba a pensar luego que al final iba a ser también el “perfume” de mi vida.
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Antes de que yo fuera diabético (empecé a los 13 años), y cuando era niño, recuerdo cuando mi madre me llevaba al médico, y cada vez que entraba en la consulta, recordaba aquel olor caracteristico que auguraba que nada bueno iba a pasarme. Ese olor a medicina, a medicamento, y sobre todo a practicante, me inundaba por completo, y lo asociaba siempre a alguna enfermedad o a alguien que se encontraba malo.
Era un olor muy caracteristico, muy penetrante y muy indicativo de que alguna inyeccion te iba a dar el practicante. Mal asunto.
Y ya con los años, y despues de llevar de diabetico mucho tiempo, me llegó un dia de nuevo ese olor, … y pensé, … anda mira tu lo que era aquello !!.
Los diabeticos iban al practicante a darse la insulina (inpensable hoy en dia), y aquel olor era el que yo percibia.
Y quien iba a pensar luego que al final iba a ser también el “perfume” de mi vida.