En diabetes, como en casi todo, también hay un “curso lectivo” a partir de septiembre. Ese mes mágico a partir del cual todo comienza de nuevo. Es un renacer. Comienzan el colegio y el trabajo. Pero también nuestra rutina y nuestros objetivos y metas. Y siempre establecemos alguna cuando todo vuelve a la normalidad tras la pausa vacacional.
Y con nuestra diabetes también comienza el curso. Y pensamos… este año tengo que mejorar mi glicosilada y ponerla por debajo de no se qué cifra. O… tengo que dejar de picotear entre horas porque me va mal para mis glucemias. O puede que pensemos… voy a aprender cómo contar raciones de hidratos de carbono de una vez por todas para poder ajustar mejor mi insulina. O simplemente pensemos… creo que necesito ayuda y que alguien me explique de qué va todo esto. Voy a asociarme y a dejarme ayudar.
Son muchísimas las posibles metas y objetivos que nos podemos plantear con nuestra enfermedad cuando comienza el curso. Las metas son buenas per se. Son una manera de autoestimularnos y de mejorar nuestra vida. Y en diabetes también. Como enfermedad crónica que es, son un método eficaz para mantenernos adherentes al tratamiento y velar por la correcta gestión de la enfermedad sin descuidarla nunca. Y psicológicamente, nos permite sobrellevar con mayor eficacia el día a día de un problema vitalicio que plantea a cada momento situaciones y problemas diferentes. Debemos ir poniendo metas y objetivos e irlos cumpliendo para ir a por la siguiente meta.
Precisamente una amiga me decía hace un par de días al hablar sobre la solución a un problema: “oscar, tienes que ir poniéndote metas cortas y pequeñas e irlas solventando”. Tenía razón, pero no sólo para ese asunto, sino que es también aplicable a muchos otros, como es nuestra diabetes.
Comienza el curso. Comienza de nuevo la vida. Y comienzan los problemas y los agobios con nuestra diabetes. Hagamos que sea todo más fácil. Establece tus metas alcanzables y ve cumpliéndolas poco a poco. El curso es largo y sólo así podremos sacar sobresaliente.
Oscar López de Briñas Ortega
Cuando iba a los Maristas de Iturribide hace ni se sabe los años y comenzaba un nuevo curso, siempre me decia lo mismo. Este año será diferente y empezaré a ser bueno y a estudiar desde el principio. Y desde el principio siempre fui un vago de narices … era como zipi y zape. Un trasto de chaval, … pero eso si, era muy listo (decia mi madre) y cuando llegaba el fin de curso en junio, apretaba un poco y lo sacaba todo raspado aprobado. A nada que me ponia lo sacaba y aprobaba todo al final, pero el resto del año pencos y pencos.
Y con la diabetes hacia lo mismo. Pero era precisamente en esa asignatura, la que no valia aprobar en junio solo. Que confundido estaba. Eran mis años de flamante debutante.