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Las pilas de Murphy

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La ley de Murphy aparece en nuestras vidas en muchas ocasiones. Esa ley que dice que si algo puede salir mal, saldrá mal. O al menos eso es lo que nosotros pensamos.

Un caso de la ley de Murphy que a mí me ha pasado varias veces es que cuando más necesitaba el glucómetro para medirme el nivel de glucemia, ese día es cuando se han acabado las pilas del mismo. En este caso digo que es “lo que nosotros pensamos” por que realmente siempre necesitamos medirnos la glucemia, todos los días varias veces. Pero es el día que se acaban las malditas pilas cuando dices…”Dios mío! …precisamente hoy…la ley de Murphy!!“. Sí que es cierto que alguno de los días que me ha pasado, estaba enfermo, y encima era festivo, con lo cual no podía comprarlas, y la incertidumbre de no saber la glucemia y dosis de insulina a poner se unía al malestar de la gripe de turno. Pero también es cierto que el aparatito me había estado avisando de que se estaba quedando sin pilas, bien por medio de un indicador, o bien por que hacía cosas raras, y yo hice como que no me daba cuenta…y zas!…sin pilas.

Así que ahora siempre llevo una pila de repuesto (por suerte duran mucho sin utilizar), y en cuanto se acaba una y pongo la de repuesto, lo más pronto posible me agencio otra que guardo en el bolsillito auxiliar de la funda del glucómetro. De la experiencia se aprende.

Sí, sé que hay glucómetros que son recargables, que se recargan por USB, etc.…  pero es que somos (en este caso soy) animal de costumbres, y como mi glucómetro no hay otro…je je. Cierto es que tengo un segundo glucómetro, el Aviva nano, pero también va a pilas, y en este caso se las come en uno o dos meses!!. Con lo cual lo tengo en el fondo del cajón, al no interesarme.

Y yo sigo con mi fiel glucómetro de siempre, que no me falla por el frío, o por la electrónica. Es fiel y exacto…y solo me da un pequeño tirón de orejas cuando me olvido de comprar las pilas de reserva y me asusta con una pequeña huelga, y sin servicios mínimos!.

Fernando Rico

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