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Cambio de año y nuevos deseos

Estaba ahora mismo pensando en que ya es día 30, y a falta de tan sólo un día para que termine este 2013, creo poder decir que a todos nos pasan por la cabeza las mismas sensaciones o las mismas intenciones. Cambio. Un punto de inflexión en algo. Es una fecha señalada para cambiar algo, mejorar algo, recuperar algo, deshacerse de algo, comenzar algo, terminar algo… cambiar, en definitiva.

¿Y por qué ese día? el misticismo de un final de año es ciertamente demasiado sugerente como para que pueda ser sustituido por una anodina fecha como por ejemplo, el 14 de marzo o el 25 de julio. El 1 de enero es “El Comienzo”. Siempre nos sugiere un principio; es como un reseteo, un contador a cero. Nos libera de lo que dejamos atrás y nos deja mentalmente predispuestos a iniciar ese cambio anhelado… y a veces obligado. No se cómo, porqué ni cuándo comenzó esta fecha como día señalado para tanto propósito de cambio. Pero no es malo. De hecho, es bueno. Todas las intenciones de todos y cada uno de nosotros para ese comienzo de año son siempre objetivamente positivas. Así que bienvenidas sean.

En nuestro caso, creo poder decir sin miedo a equivocarme, que muchos de nuestros deseos, anhelos o intenciones para el nuevo año que comienza, pasan por algo tan importante como la salud. Como personas a las que la salud no les ha acompañado en mayor o menor medida, sabemos valorarlo mejor que nadie, y por eso, uno de los deseos o intenciones más repetidas suele ser la de “este año voy a ser formal con mi diabetes”. O quizá aún siendo formal, el deseo sea el de “ojalá este año mi diabetes se normalice y recupere el control de la enfermedad”.

Está claro que la diabetes no depende de nosotros en cierto porcentaje, como todos sabéis. Pero sí en gran medida. Y aunque los deseos o intenciones son el comienzo del cambio, hay que echar el resto para que consigamos lo que nos proponemos. Yo por mi parte, haré lo posible, como imagino que lo haréis vosotros, para que mis deseos y mis anhelos se cumplan (entre esos deseos, también mi diabetes tiene su “rinconcito”). Y ese cambio esperado que nos intentamos imponer el 1 de enero comenzará con ganas en la mayoría de la gente, y sólo los más fuertes lo lograrán. No es como el “there can be only one” de “Los Inmortales”, pero tiene un aire. Los más fuertes lo conseguirán. Lo bueno es que este cambio de fechas tiene la potencia y la energía suficiente como para que todos digamos el 31 de diciembre: “¿Y por qué yo no? ¡Este es mi año!”.

¡A por ello, amigos! Hagamos que el cambio se cumpla. Y en cualquier caso, que nuestra vida sea lo más dulce posible, pero no glucémicamente hablando. Salud para todos.

Oscar López de Briñas Ortega
@oscarbrinas

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