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¿Somos tercos los diabéticos?

Yo, creo que sí, al menos los que somos del Tipo II.  A menudo estamos buscando información sobre dietas especiales o fármacos milagrosos, que nos permitan mantener nuestros niveles de glucosa bajos y sin sobresaltos, sin ponernos a pensar que éstos en realidad no existen, son sólo coadyudantes de nuestro metabolismo; por muchas pastas, harinas y azúcares  que eliminemos de nuestra dieta, la llave para mantener la glucosa a raya y evitar las hipo e hiperglucemias, está en nosotros  mismos,  en el ejercicio físico… Sé que esto lo sabe mucha gente, pero a veces me asombra la cantidad de personas que se acostumbran a tener las cifras altas alegando que no hay nada que hacer y que con tanto control y con tanto sacrificio, no se puede vivir.

Desde que tengo diabetes, a mis 65 años, voy a nadar 2/3 días  a la semana y los días que no voy a la piscina, hago una caminata después de cenar de 1 hora u hora y 1/2,,,, para levantarme con la glucosa en 110 / 120. En dos semanas que estuve en Donosti en casa de mi hijo, en el mes de Junio, y que no iba ni a nadar ni a pasear, empecé a levantarme con 150 / 160 mg  (no se lo contéis a la enfermera educadora…) y con los mismos fármacos;   lo que me costó volver a los niveles normales….. Ésta ha sido mi humilde experiencia, por ello tengo bien claro que a día de hoy no existe medicamento ni dieta milagrosa más, que el ejercicio moderado y continuo.

Iñaki Kuartango

2 respuestas a ¿Somos tercos los diabéticos?

  1. Rocio Soloaga dijo:

    Tienes toda la razón Iñaki, por mucha medicación que nos recete el medico si no ponemos de nuestra parte y cuidamos la boca y el ejercicio físico es muy difícil por no decir imposible tener buenos controles.
    Para los que nos cuesta mas la disciplina, es mejor fijar pequeñas metas como andar todos los días media hora que no aminar un dia 2 horas y luego no volver a andar en meses porque nos salieron rozaduras, agujetas, tuvimos una hipoglucemia y claro…para eso mejor me quedo sentado. Empecemos poquito a poco pero constantes. En la asociación también hay consulta psicológica que nos puede ayudar a fijarnos esas metas, y acudir cada cierto tiempo a un cursillo en la asociación también motiva y recarga las pilas para cuidarse. El que tiene problemas con la dieta puede pedir ayuda a la psicóloga o a nuestra enfermera educadora.

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