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Quiero ser un cabrón

Hay muchas enfermedades a las que si tu estás contento o triste les da igual. Que te haya tocado la lotería o que tengas estrés también se las trae al pairo. Pero a la diabetes no. Mi diabetes es alguien muy sensible. Se implica en todo lo que me rodea. Le emociona que yo me emocione y sufre cuando yo sufro. Si tengo un disgusto, ella también lo tiene y mi glucemia se dispara hasta valores inadmisiblemente altos. Si sufro una emoción fuerte o simplemente tengo una reunión de trabajo importante, mi diabetes también se altera con la reunión y es muy probable que antes de entrar, mi glucemia tenga un valor horripilante. Si mi jefe me machaca y me mete trabajo hasta arriba, mi diabetes se ve saturada por eso y aunque el trabajo no lo hará ella sino yo, la glucemia subirá y subirá durante las semanas que duren mi agobios laborales.

La diabetes es sensible, es solidaria, es empática. Y cuando se solidariza contigo y tus emociones y le da por subirte la glucemia, da igual lo que hagas por evitarlo. Por mucha insulina que te pongas, por mucho que controles lo que comes, por mucho cuidado que tengas, tus glucemias no bajarán. O al menos no hasta que ella lo diga, pues es ella quien tiene el control y quien gobierna tu vida, decidiendo qué, cuándo, cómo y porqué.

Así que cuando a veces estoy en algún acto relacionado con la diabetes, y de repente, escucho a un orador (que además NO tiene diabetes) decir las famosas recomendaciones y estándares de consenso sobre las glucemias medias aconsejables pre y post prandiales, yo siempre suelto una estruendosa y afectada carcajada, interrumpiéndoles el acto. Todos me miran, yo hago el típico gesto de negar con la cabeza pensando “ignorante… si tú supieras…”. Porque quiero conocer a ese idílico personaje de la teoría al que nada le afecta; a quien su diabetes no le pone zancadillas día sí y día también, a quien nada en este mundo -lejos de la triada dieta, deporte e insulina- le pasa factura en sus cifras.

Estoy un poco cansado ya de que mi diabetes sea tan sensible como yo. Prefiero que sea una diabetes de hielo; gélida, impertérrita, insensible e inhumana. Y me pregunto… si eres un cabrón insensible (y diabético)… ¿no sufrirás estos problemas? porque entonces lo tengo claro; quiero ser un cabrón.

Oscar López de Briñas Ortega
@oscarbrinas

6 respuestas a Quiero ser un cabrón

  1. Javier dijo:

    Pues yo no he notado que mi estado animico altere los valores de mi glucosa. Mas bien al contrario, cuando me sube mucho me da rabia o me irrito mas yo, pero lo que yo siento no influye en mi azucar.

    Mi diabetes si que es una cabrona, a veces al comer me baja y al hacer ejercicio me sube y siempre que necesito estar alto, por seguridad, estoy bajo y no hay manera de subir. Y cuando quiero estar bajo se pone alta y no hay manera de bajar. Rectifico mas que cabrona es hdp.

  2. ajd dijo:

    Estoy totalmente de acuerdo con usted.
    ¿y si, por ejemplo la diabetes decide en coalición con los nervios que te va a subir el azucar el dia que tienes una ntrevista de trabajo? Resultado: hablar con voz pastosa y cagarla en la entrevista y adiós curro.
    Eso me pasó a mi hace unos meses.

  3. ainhoa dijo:

    Jajaja…..como siempre estoy totalmente deacuerdo con los historias.yo en cuanto vi de q palo iba nuestra simpatica compañera d vida, me tire d cabeza a meditacion..taichi…no me keda otra.por mi carazter durante los 33años q he vivido sin nuetra amiga,siempre me ha costado controlar mis altibajos emocionales….vamos q soy como una cerilla al.lado de un explosivo y eso tengo q controlarlo si o si.asi q chicoa..intentar con meditaciones guiadas…control de.respiracio.Cuando vuelva d vacas, GArbi , estamos sin falta y te cuento.animo p todos….. bstossss

  4. garbiñe dijo:

    Acabas de poner con palabras lo que pensaba yo hoy. La solución sería ser unos cabrones, pero yo no valgo para eso, ya me gustaría, o tener unos nervios de acero.
    Hoy tenía una presentación y no sé si para darme fuerzas cual espartanos, pero mi diabetes ha decidido que era el día de 300 ahu!
    Cuando mi madre se enteró hace poco que era así de solidaria la diabetes, me miró y me dijo: ” Hija, no vas a tener un buen control nunca, quizá deberías hacer yoga o algo…” con una carita de pena…
    A mi me fastidia que no puedes ni darte una alegría a gusto, por que con los nervios, o un cabreo lo puedo entender, pero que me dé algo ilusión también?
    Pues no pienso cambiar, ya cambiará ella, no?

  5. Rocio dijo:

    Pero para ser un cabron hay que nacer asi y tu eres una buena persona y ademas sensible asi que no te queda otra que seguir sufriendo algunas veces. Asi es la vida.

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