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¿Llega el tijeretazo a los diabéticos?

Todos asistimos impotentes a esta voraz crisis que parece no acabar nunca y que está haciendo tambalearse incluso el estado de bienestar tal y como lo teníamos organizado hasta ahora. Al margen de que haya que cambiar cosas en un futuro próximo (que cambiarán), ahora mismo sólo vemos tijeretazos aquí y allá, en esta y en esa área.

Pero a nosotros nos preocupa especialmente el campo de la salud, en el que las personas con diabetes, como pacientes que hacemos un uso intensivo del sistema sanitario, tenemos mucho que perder si esas personas que mandan, toman la desacertada decisión de recortar nuestras prestaciones como pacientes crónicos. Prestaciones que a día de hoy ya estaban recortadas y mal repartidas, pues la discriminación que sufre una persona con diabetes en función de su lugar de residencia es una lacra en la que debemos seguir trabajando.

La pregunta por tanto es: ante esta oleada de recortes ¿serán los diabéticos un colectivo especialmente damnificado y verá perjudicado su nivel y calidad asistencial y de prestaciones sanitarias? Mi opinión, en base a lo visto hasta ahora, es que sí. De hecho, ya estamos asistiendo a esos recortes en salud desde hace ya un par de años, cuando en las asociaciones venimos recibiendo quejas continuadas sobre racionamiento exagerado de tiras reactivas, compras de material de escasa calidad, o la inaceptable recomendación de reutilización de agujas, por poner algunos ejemplos. Y podemos sumar a eso ciertas reivindicaciones clásicas de las asociaciones, como la de exigir una formación académica específica para los educadores en diabetes, o la atención podológica o la psicológica para los pacientes afectados de diabetes.

Como asociaciones, debemos seguir alerta y vigilantes con la Administración ante esta tendencia al recorte exagerado y erróneo, pues en diabetes, el ahorro de hoy es el gasto en complicaciones de mañana. Y vosotros como pacientes, debéis ser nuestros cómplices, advirtiéndonos de las posibles prácticas abusivas en estos recortes. No se trata de pedir por pedir, sino pedir lo que la enfermedad exige. Y aunque en diabetes partíamos de un pasado con una asistencia al diabético de una calidad discutible y hemos mejorado muchísimo, debemos seguir haciéndolo. Y debemos evitar que una de las mayores amenazas mundiales que ya afecta al 14% de la población adulta, se convierta en un agujero negro por el que se escurren los presupuestos sanitarios gastándolo sobre todo en atender las complicaciones del paciente, en lugar de invertirlo en la prevención, la educación y en definitiva, una mejor atención del paciente durante su vida con la enfermedad.

Oscar López de Briñas

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