Desde hace años la hidratación está tomando una importancia creciente dentro de la nutrición. Esto ha hecho que hoy en día, el aporte de agua en la alimentación diaria a partir de los alimentos y las bebidas esté presente en todos los manuales de nutrición. Así, durante el transcurso del I Congreso Internacional y III Nacional de Hidratación, celebrado el pasado 3 y 4 de diciembre en Madrid, se presentaron investigaciones en las que se analizaba la influencia positiva de una correcta hidratación en nuestro bienestar, o las consecuencias para la salud derivadas de una ingesta inadecuada de líquidos.
Según los expertos participantes en el acto, el agua es un nutriente esencial que obtenemos a través del consumo de los diferentes alimentos y bebidas que tomamos a diario, y a lo largo del día. Se recomienda que un 75-80% del líquido que ingerimos a diario provenga de las bebidas y un 20-25% de los alimentos.
Por otro lado, según la European Food Safety Authority (EFSA), los requerimientos diarios de líquido para que nuestro cuerpo realice correctamente sus funciones son de 2 y 2,5 litros/día para mujeres y hombres adultos, respectivamente.
La deshidratación influye en la capacidad de rendimiento, y en situaciones de deshidratación leve de sólo un 2%, resultan afectadas habilidades cognitivas como la coordinación viso-motora, la atención y la memoria a corto plazo. En niveles superiores, se produce un descenso en la capacidad de alerta y concentración, y aumenta el cansancio, la fatiga y la somnolencia.
El Congreso abordó también los resultados de otras investigaciones que sugieren un efecto positivo tras aumentar la ingesta diaria de agua y líquidos en personas con cefaleas, especialmente entre aquellas cuya ingesta de líquidos se encuentra por debajo de las recomendaciones.
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