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Dulces sueños

dulces sueños

Para mí, uno de los momentos donde me es más difícil controlar la diabetes es por las noches, mientras duermo. Claro, son 8 horas donde estás en sueños, y mandas a tu cuerpo a un viaje por las carreteras de la glucosa con un impulso inicial, y una meta al despertarte. Las únicas herramientas que tienes son las dosis de insulina lenta y rápida por la noche, la medición de glucosa antes de acostar, y la corrección mediante suplementos de HC o insulina rápida. Y por la mañana te levantas y compruebas si todo ha ido bien. A veces es toda una sorpresa y esperas la cifra con curiosidad, e ilusión. Muchas veces, la cifra es buena, 80, 95, 112, y otras dices, “madre mía!!, ¿qué he hecho?”. O bien te despiertas a las 3 de la mañana con una hipoglucemia….

Con el tiempo me he ido dando cuenta que estas horas de la noche son muy importantes a la hora de conseguir un buen valor de hemoglobina glicosilada. Pongamos que dormimos 8 horas al día, lo cual hace 1/3 de nuestro tiempo diario, mensual, y anual. Si durante este tiempo tenemos la glucemia alta, no podemos esperar un buen valor de glicosilada, aunque por el día lo tengamos bien controlado. Se trata pues de hacer un esfuerzo en tener bien controlada la glucemia durante la noche. Y para ello, algo muy importante es el ajuste de la insulina basal o lenta. En ello nos ayudarán nuestros médicos y enfermeras, y nosotros podemos hacer un esfuerzo en tomarnos de vez en cuando la glucemia en la mitad de la noche, lo cual ayudará a ver si todo va según lo previsto, o si por ejemplo hay hipoglucemias nocturnas que crean un rebote en la glucemia por la mañana, y así evitar el agravar el problema con más insulina lenta al creer que nos levantamos con la glucemia alta debido a una falta de insulina lenta, cuando puede ser lo contrario. Por otra parte está el “efecto alba”, que tiende a elevar la glucemia justo antes de levantarse, y que también hay que tener en cuenta.

A la hora de ajustar la dosis de lenta, y los suplementos antes de acostarnos, también debemos tener en cuenta el ejercicio físico que hemos realizado, pues es distinto estar de vacaciones en la playa, que haber corrido una media maratón o haber subido un 3000, por ejemplo. Yo para ello, por ejemplo, tengo cuatro escenarios posibles: vacaciones de relax, día laboral sin deporte, día laboral con deporte, y jornada deportiva de alto esfuerzo.

Buena suerte, y “dulces sueños”…

Fernando Rico

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