Hace menos de una semana, en un hospital de Bilbao, a un abuelo le dijeron que tenía el azúcar muy alto. Esto no era nuevo en su familia: uno de sus nietos llevaba conviviendo con la diabetes desde que tenía 3 años.
El abuelo, de 76 años, había tenido siempre una salud de hierro y, de repente, sin esperárselo, parecía que tenía diabetes. Él era tremendamente goloso y estaba deseando recibir la visita de su nieto para preguntarle cómo se las arreglaba con la diabetes. Cuando el niño fue a visitarle, tuvieron la siguiente conversación:
Abuelo: ¿Cómo vives tú con diabetes?
Nieto: Normal!
Abuelo: ¿Hay algo que no haces y te gustaría hacer?
Nieto: Sí, comer más! Y más chuches, más bizcochos, más chocolate…
Abuelo: ¿Cómo que más? ¿Puedes tomar todo eso?
Nieto: No todos los días pero sí de vez en cuando -cuando los demás toman- aunque yo me tengo que controlar porque si no, tengo unos valores muy altos. Otra opción, es ponerme más insulina o hacer más ejercicio, y así puedo tomar algo más…
El abuelo, más tranquilo tras haber hablado con su nieto, comentaba después que los nietos no sólo le enseñaban sobre informática, whatsapp o internet sino también sobre salud! Y es que todos podemos enseñar a las personas que nos rodean y de todos podemos aprender.
Covadonga Aldamiz-Echevarría
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