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Prueba del medidor continuo Guardian RT

Actualmente estoy probando un medidor DEXCOM, pero antes de poner mis impresiones sobre él, quisiera explicaros las que he tenido hace unos meses con el GUARDIAN RT de Medtronic, que pude probar durante varias semanas.

Es maravilloso (insisto, maravilloso) poder ver en todo momento cuál es tu glucemia. Eso no se paga con dinero. Y sobre todo, destacaría la tranquilidad psicológica que proporciona incluso más que la utilidad clínica de conocer las glucemias. Saber lo que tienes antes de meterte en una reunión, antes de entrar en el cine, antes (y durante) tu práctica deportiva… son cosas que generan TAL TRANQUILIDAD que hace que por un tiempo, me olvide incluso de que tengo diabetes. Eso para MI ES LA PRINCIPAL VENTAJA DE ESTE APARATO. Porque curiosamente… mis glucemias han sido estupendas. Lo cual me alegra, porque veo que mis noches son descendentes y sin sustos. Que durante las mañanas me mantengo en niveles más que correctos sin pasar de 200… en definitiva, que mi diabetes está medianamente bien controlada. Puedo quedarme tranquilo en ese aspecto. Pero volviendo al aparato, su mayor ventaja es la de predecir, algo que no podemos hacer con un medidor sanguíneo. Las tendencias son lo más útil del aparato, sobre todo para las hipos e hiper. Me da igual que sus mediciones sean o no demasiado fiables. La tendencia es REAL y me permite actuar antes de que suceda. Eso es su virtud.

Dicho esto, diría que el principal problema o handicap del aparato de Medtronic es uno: el sensor y su fijación. Este es sin duda el gran punto débil (muy débil) del sistema. La forma (o incluso suerte) durante su colocación puede marcar la diferencia entre pasar una semana incómodo o sin notarlo. El primer sensor que me puse me molestó desde un principio. Si lo presionaba un poco me pinchaba. Me molestaba en mis movimientos y en el deporte. Me irritó la piel de tal modo que al quitármelo, tenía herida casi (no por el catéter, sino el emisor). Estaba puesto en un sitio que me pillaba justo a la altura de la cintura de ciertos pantalones, lo cual hacía que fuera tremendamente incómodo. El segundo sensor fué completamente distinto. Les pedí que me lo colocaran más arriba para salvar la cintura de los pantalones, y evitar también repetir en esa zona tremendamente dolorida y enrojecida (la irritación de la zona fué bestial). Así lo hicieron, y se puso más arriba. Pues nada que ver. Lo primero que hicimos, fué depilar más la zona (fundamental; el pelo hace que el adhesivo se despegue), y el nuevo sensor no molestaba, permitía más movimiento corporal, tenía mejores lecturas y no me ha irritado tanto como el otro (aunque un poco sí). O sea, que como handicap, el sensor. El conjunto sensor-emisor es demasiado grande, y su sujección a la piel es tremendamente precaria.

Y como inconveniente, el receptor. Se aprovecha la carcasa de la bomba Minimed. Un ”envoltorio” inapropiado completamente, y sobre todo, con una pantalla ridícula y de nula resolución. EL interface es tremendamente tosco y obsoleto, y las posibilidades de acceder a datos o gráficas son casi nulas a excepción de las 4 gráficas horarias que te da su soft. Aunque afortunadamente, parece ser que Medtronic quiere lanzar una nueva versión del Guardian sin unidad receptora, y constará únicamente de un soft a instalar en el teléfono y el sensor-emisor como hasta ahora. Un aparato menos para llevar, y sobre todo, un soft moderno y con muchísimas más posibilidades que el actual.

Otro incómodo problema que detecté fue el de la continua y molesta pérdida de conexión entre emisor y receptor. Demasiados problemas a la mínima ocasión, con el consiguiente engorro del continuo pitido de aviso. Y por la noche, a pesar de tenerlo a un metro, el receptor me despertaba continuamente avisándome de pérdida de señal. Un problema a mejorar claramente.

RESUMIENDO:

  • VENTAJAS:
  • ENORME descanso psicológico que proporciona (algo que no había tenido en cuenta a priori).
  • La utilidad de las tendencias que muestra el aparato, previendo hiper e hipos.
  • CONTRAS:
  • Interface tosco y obsoleto.
  • Pantalla de escasísima resolución e inapropiada para este tipo de aparato.
  • Colocación del sensor muy variable en cuanto a resultados. De cómo se coloque depende que el sensor dure o no y de lecturas fiables.
  • Hay que fijar el conjunto sensor-emisor con adhesivos adicionales cubriéndolo todo. SI no, se despega rápidamente.
  • La zona queda bastante irritada tras la semana de uso.
  • Es difícil pensar en llevarlo permanentemente. Irritaría en exceso la zona.
  • Emisor muy grande y dificulta un poco los movimientos fuertes (como en el deporte).
  • En hombres, exige depilar la zona por completo para que no se despegue.

Así pues, aunque el balance parece que tiene más puntos en contra del aparato, no es así, porque las dos ventajas que he mostrado son de tal calibre que individualmente, tienen más peso que otras catalogadas como ”contra”. En conjunto, creo que es un aparato maravilloso que me ha proporcionado paz y seguridad, algo que no tenía desde que no era diabético. Pero no se si sería capaz de llevar ese sensor continuamente… creo que es tremendamente incómodo e irritante. Pero Medtronic debe mejorar mucho el software y el hardware del aparato. Si se miniaturiza más el emisor y se sustituye el receptor por un soft instalado en un iphone, sería un excelente equipo. De momento, a día de hoy es un aparato medianamente obsoleto, o cuando menos, un producto moderno envuelto en un paquete viejo y mejorable.

En cualquier caso, a día de hoy, 2000 euros es mucho dinero, pero quizá ese no es el mayor freno, sino su altísimo coste de mantenimiento semanal. Hoy por hoy, parece que sigue siendo un gadget aún al alcance de muy pocos.

Oscar López de Briñas Ortega

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