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Mi día a día con el medidor continuo DEXCOM Seven (cap. final)

Bueno, pues voy a terminar mi historia con el Dexcom aquí y ahora. No porque deje de utilizarlo, sino porque ya he podido probarlo lo suficiente como para concluir algunas cosas que pondré a continuación.

En conjunto, disponer de un medidor continuo de glucosa debo decir que es para alguien con diabetes tipo 1, una de las mejores cosas que puedes tener. Sin duda, sin discusión, sin lugar a debate alguno. Es algo bueno per se. Y creo que la evolución lógica de este asunto es que, finalmente, sea soportado por el Sistema Nacional de Salud total o parcialmente. No hay más remedio. Porque ya hay estudios que prueban las bondades de tener un bicho de estos conectado, y porque siempre será mejor tener 288 mediciones de azúcar al día que tan sólo 4 o 5. Así que sólo nos queda esperar. Presionar a la Administración desde las entidades asociativas de personas con diabetes y esperar. Al final irán entrando estos dispositivos. Paciencia.

Pero a día de hoy, la realidad es que tienes que costearte el sistema completo. Y eso consta de la inversión inicial y el mantenimiento posterior. La inversión inicial puede suponer aproximadamente unos 1200 euros (para el último modelo de Dexcom; el G4 Platinum). Y debo reconocer que es la “parte fácil” del asunto. Alguno dirá… “pues si esto es lo fácil, cómo será lo difícil”. Y tendrá razón. Porque lo difícil es realmente difícil: su mantenimiento. Hablamos de que cada sensor dura oficialmente una semana y si lo compras en España, te sale a día de hoy 95 euracos del ala. ¡95 euros semanales! Una cifra difícilmente soportable por muchas personas (diría que la mayoría). Esta es la gran dificultad del asunto. A no ser que te las apañes para traerte de allende los mares los dichosos sensores, que en la tierra de Obama te salen bastante más baratos. No es fácil, pero se puede hacer. Al igual que en algún  país de Europa, donde comprar estos consumibles te puede ahorrar bastantes euros. Dicho ese asunto, que es por otro lado la gran pega de los medidores continuos, podemos continuar.

Pongamos que no tenemos problemas de pasta, y nos lo compramos. Empezamos a funcionar con él en nuestro día a día. ¿Qué grandes ventajas nos otorga tener eso puesto? Yo las resumiría en las siguientes:

  • Paz. Da una enorme e intangible tranquilidad y calidad de vida el saber que en todo momento, tu glucemia está a tan sólo un clic de tu dedo, pulsando un botón. Esa calidad de vida podría parecer accesoria para algunos, pero os aseguro que teniendo diabetes, se valora mucho. Y da mucha tranquilidad a la hora de afrontar nuestro día a día y todas las actividades que nos surgen.
  • Seguridad en determinadas situaciones especiales, como deporte. En mis pruebas deportivas me he movido bastante y no he tenido problemas de sujección. Ha aguantado bien. Y saber lo que tienes en todo  momento mientras haces deporte es básico en diabetes.
  • La medición continua permite mejorar tu diabetes. Ya empiezan a haber estudios que ratifican que el llevar un medidor continuo de glucosa (en una persona responsable, claro), permite mejorar tu hemoglobina y tu diabetes en general, reduciendo hipoglucemias e hiperglucemias.
  • Su software de análisis de datos que instalas en el ordenador es muy completo y ofrece todas las analíticas posibles.

¿Y qué cosas podríamos poner en la lista negativa? Pues por supuesto, hay cosas que deberían mejorarse:

  • Retraso en las lecturas (unos diez minutos con respecto a la glucosa sanguínea).
  • El modelo Seven que yo he probado es muy tosco, tiene un tamaño excesivamente grande y una botonera muy imprecisa.
  • El software que gestiona el receptor es simple en exceso.
  • No permite anular cierto tipo de alarmas.
  • No permite chequear los datos introducidos (insulinas, eventos, raciones de HC…). Un fallo garrafal.
  • Se echa en falta que permita ajustar el tiempo de encendido de la luz de pantalla.
  • Debería incluir la posibilidad de fijar varios umbrales distintos para las alarmas en función del momento del día, a fin de evitar, por ejemplo, que a las noches este pitando constantemente por aviso de hipoglucemia.
  • Muy impreciso en hipoglucemias, algo que parecen haber mejorado mucho con su G4 Platinum.
  • Su sistema de fijación a la piel con un adhesivo circular tiene una vida muy limitada. Si no aplicas sistemas adicionales de fijación para el conjunto, el sensor no dura ahí pegado ni la semana oficial.

En definitiva, creo que su utilidad y el beneficio que obtienes con él es tan enorme (sólo si eres capaz de interpretar ese atracón de información y sacarle un partido de cara a mejorar tu diabetes) que eclipsa los fallos y carencias que tiene el aparato. Únicamente me queda la decepción de no haber conseguido mantener el sensor midiendo más allá de 10 días. Mensajes incongruentes, pérdida de señal, aviso de “???” en la medición o una suma de todo, es lo que le pasa al aparato según avanza más allá de los 9 o 10 días. Imposible mantenerlo en activo durante esos 14 días soñados que según parece, consiguen algunas personas. Y alargarlo hasta esas dos semanas es básico para amortizar un poco más estos hipermegasuper caros sensores.

En conjunto, únicamente su precio es lo que me impide recomendárselo a todo el mundo. Si tienes la pasta, adelante. Pero sólo le sacarás partido si eres alguien responsable y adherente a tu tratamiento. En cualquier caso, ilusiona ver que por fin, este tipo de tecnología de medición empieza a implantarse lento, pero seguro. Su posterior alcance a la población diabética dependerá de la mejora técnica que vayan alcanzando en los años venideros, sobre todo porque existen varios proyectos en desarrollo que ofrecen resultados similares con otro tipo de sistemas (algunos no invasivos). Pero esa competencia nos vendrá bien…

Oscar López de Briñas Ortega
@oscarbrinas

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